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España 2000 Albal

Y SIGUE EL CHORIZO

Y SIGUE EL CHORIZO

Buscando en google encuentras mucha información sobre este personaje, que por lo visto solo le preocupa salir a toda costa en los medios y seguir llenando sus arcas.

Para él es mucho más preocupante que los inmigrantes puedan afrontar la crisis, a que muchos españoles, cada dia más no solo no llegan a final de mes, sino que no tienen que darles de comer a sus familias,  cada dia son más las familias españolas que van a los comedores de cáritas, cada dia son más familias españolas las que acuden a los asistentes sociales de cada ayuntamiento a pedir ayudas, y la gran mayoria son rechazadas.

El artículo anterior no es nada, en el foro de España 2000 un gran amigo ha descrito perfectamente el modo de vida de este personaje.

Colaboración de Tamarit, mienbro de España 2000:

E. Ibarra, ese "Vividor"

escrito por Tamarit, 28.10.2008, 13:38

El Movimiento contra la Intolerancia, anteriormente denominado Jóvenes
Contra la Intolerancia, y presidido por Esteban Ibarra se ha
especializado en el cobro de subvenciones de todo tipo, pese a carecer
de una red de asociados que le permita una presencia más allá de los
medios de comunicación. Se calcula que a lo largo del año 2004
percibió más de 30 millones de las antiguas pesetas en subvenciones de
diferentes organismos públicos, entre los que se encuentran desde
Ministerios hasta ayuntamientos. Esa cifra se multiplica hasta más de
150 millones a lo largo de los años que lleva funcionando. Pero ¿qué
se oculta tras el Movimiento Contra la Intolerancia?

Jóvenes Contra la Intolerancia se organizó entre 1990 y 1991 tras el
fracaso de la emisora de radio Onda Verde, situada en el madrileño
barrio de Arganzuela, concretamente en la plaza de Luca de Tena. Onda
Verde estaba dirigida por Esteban Ibarra, aunque en la práctica la
persona que llevaba el día a día de la emisora, según ha podido saber
Minuto Digital, era su mujer Monse. Estéban Ibarra había sido miembro
del Partido Comunista de España Marxista Leninista PCE(ML),
organización que tras disolverse se reconvirtió en la Convención
Republicana de los Pueblos de España. Durante su militancia en estas
organizaciones de la izquierda radical madrileña Esteban participó en
la fundación de Onda Verde, con la imagen de una radio alternativa.
Sin embargo desde el inicio Onda Verde, fue dirigida como un lugar
destinado al proselitismo político para la extrema izquierda y a la
obtención de fondos y subvenciones, hasta el punto de cobrar a quienes
querían emitir por la emisora. Además el autoritarismo en la forma de
manejar la emisora era tan evidente que internamente se hablaba de la
existencia de una "monsecracia", en clara alusión a la mujer de
Esteban Ibarra.

A comienzos de los 90 varios compañeros de viaje de Esteban Ibarra de
la época del PCE-ML, junto a este y su inseparable mujer creaban
Jóvenes Contra la Intolerancia, fijando su sede operativa en el piso
del madrileño barrio de Lavapiés en que vive la pareja. Según han
manifestado a Minuto Digital personas cercanas a Ibarra, varias de las
reuniones en que se dilucidaron como iba a ser la estrategia política
de la asociación y su forma de desarrollo se mantuvieron en la antigua
sede del PCE-ML situado en la calle Libertad, 7 de Madrid. Desde allí,
se montó la asociación, que inicialmente se dedicaba exclusivamente a
denunciar la violencia procedente de sus enemigos de la extrema
derecha, temática que fue ampliando a lo largo de los años con el
objetivo de ampliar la base de obtención de subvenciones.

Jóvenes Contra la Intolerancia pese a carecer de militancia real, se
centraba en realizar informes con datos supuestamente relevantes sobre
la existencia de grupos armados de extrema derecha, y apoyados por
periodistas con pasados políticos similares que trabajaban en
diferentes medios de comunicación, comenzaron a trabajar en clave de
lobby. Es decir, prácticamente ninguna afiliación lo que hace que
nadie debata la línea y la mayor presencia en medios de comunicación
posible. Para ello, Esteban Ibarra como Presidente de Jóvenes Contra
la Intolerancia siempre tuvo muy presente la importancia de los medios
de comunicación y siempre ha sido una persona con una gran capacidad
para generar titulares.

Ante la llegada al poder del Partido Popular y con ello la posibilidad
de perder las cuantiosas subvenciones que recibía al estar
excesivamente alineado a tesis identificadas con la izquierda, Esteban
Ibarra decide dar un giro a Jóvenes Contra la Intolerancia. En primer
lugar cambia el nombre de la asociación, que se transforma en
Movimiento, sobre todo acuciado porque en todos los círculos juveniles
y asociativos de la capital sonaba a chiste que una persona de más de
50 años fuera presidente de "Jóvenes" contra la intolerancia. En
segundo lugar abandona casi totalmente una parte de su dialéctica
contra la derecha y la extrema derecha y varía su discurso contra la
violencia terrorista de ETA. Además comienza a presentarse ante temas
a los que nunca había prestado atención, como la violencia doméstica.
Como vemos, Ibarra tiene una clarividente capacidad para hablar
siempre de aquellos temas que están en el candelero, y que por lo
tanto le garantizan una presencia abundante en medios de comunicación.
A su exiguo discurso hasta entonces Esteban Ibarra le añade temas de
lo más diverso, como la homofobia, el maltrato infantil, derechos del
pueblo gitano o la integración social de discapacitados. Incluso
cambia su habitual indumentaria, abandonando el tradicional polo negro
Lacoste y apareciendo con americana. Todo para demostrar su cambio
ante las nuevas circunstancias políticas. Con ese cambio de imagen el
PP le acepta como uno de los suyos hasta el extremo de otorgarle en
1998 la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid o nada menos que la
Cruz de la Orden de Isabel La Católica en 1999 por parte del
Ministerio de Asuntos Exteriores.

A partir de la llegada de nuevo del PSOE al gobierno tras el 11-M
Estéban Ibarra vuelve a transformar de nuevo su imagen para volver a
adaptarse a los tiempos del talante. De nuevo y ante el cambio de
situación política reaparece en temas vinculados con la violencia de
grupos de extrema derecha (caso Costa Polvoranca), la intolerancia
religiosa hacia las minorías y especial la islámica o en informes
sobre la violencia en los campos de fútbol. Incluso se le ha vuelto a
ver en algún medio de comunicación con su famoso polo negro Lacoste.

Pero ¿porqué todo este ir y venir? El Movimiento Contra la
Intolerancia es una cáscara vacía, sin más militancia que la de
Ibarra, su mujer y un exiguo grupo de colaboradores de siempre a los
que han unido a varios jóvenes llegados hasta allí por la vía del
voluntariado, y por tanto sin estructura real ni sistemas de
financiación más allá de las subvenciones otorgadas por
administraciones públicas. Esa necesidad de financiación pública hace
que esta asociación no realice actividades relevantes más allá que las
relacionadas con presencia en medios de comunicación o en
manifestaciones o actos a los que hay asegurada cobertura mediática.
Los más de 150 millones de las antiguas pesetas cobrados en
subvenciones por esta asociación a lo largo de su vida justifican los
permanentes vaivenes y da una clara idea de lo que representa en
realidad el Movimiento Contra la Intolerancia.

 

 

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