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PENA DE MUERTE PERO YA

Necesitamos la pena de muerte, como máximo cadena perpetua, aunque creo que esta no sirve para nada, personal mente desde mi punto de vista, pena de muerte para asesinos como el de Carolina, Marta del Castillo, Mari Luz, Miguel Ángel Blanco, etc...

Ellos ASESINAN a sangre fría, no se merecen el trato que les puedan dar en la cárcel, por mucho que sea cadena perpetua, en la cárcel no sufren, tienen piscina, jacuzzi, gimnasio, cine y hasta estripers.¿ Eso es sufrir?

ESTO ES SUFRIR......

primer testimonio de susana Pérez

"Me ha quitado la vida, sin Carol me siento muerta; ya no volveré a ser la de antes"

La joven apuñalada en Paiporta reclama Justicia y que el presunto asesino "cumpla la pena entera"

 
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juntas. Susana (izquierda) y Carol, durante un fin de semana que pasaron juntas en Sueca el verano pasado.
juntas. Susana (izquierda) y Carol, durante un fin de semana que pasaron juntas en Sueca el verano pasado. foto cedida por susana pérez galdón
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Ignacio Cabanes, Valencia
"Carol se ha muerto, pero sin ella yo me siento muerta también", asegura Susana Pérez, la joven apuñalada en Paiporta el pasado 12 de enero. Esa noche un hombre acabó con la vida de su amiga Carol, a quien tenía "por una hermana", e intentó asesinarla a ella también de varias puñaladas. Ahora, recuperada de las heridas físicas, ya que las psicológicas tardarán en cicatrizar, la joven pide justicia y que no se olvide el nombre de Carolina Planells Esteve, quien hace una semana habría cumplido 24 años. "Si hoy estoy aquí, es gracias a ella", reconoció Susana, quien ha escrito una carta abierta a su "pequeña Carolina".
Armada de valor y pese al poco tiempo transcurrido desde que fue dada de alta, Susana relató a Levante-EMV aquella trágica noche en la que falleció su mejor amiga a manos de un hombre que, según declaró éste, se había encaprichado de Carol. "Decía que se había enamorado de ella porque cuando le ponía una cerveza, se le ponía en vaso y, según él, eso era un trato especial", explicó Susana, a la vez que añadía que cree que quería matarla a ella también porque él la consideraba culpable de que su relación con Carol no fuera a más.
La noche de la agresión
Unos amigos esperaron, como todos los días, a que ambas jóvenes cerraran el local sin notar nada extraño. "Seis meses sin saber nada de él... ¿Cómo íbamos a pensar que iba a venir a matarnos?", insiste Susana. Sin embargo, una vez dentro del coche un hombre, a quien la joven reconoció enseguida como un cliente con el que habían tenido problemas, se le echó encima y le apuñaló en reiteradas ocasiones. "Me estaba dando puñaladas y yo ni gritaba, estábamos las dos en estado de shock", reconoce Susana. De hecho, ambas llevaban aerosoles de defensa personal en el bolso, pero ni siquiera pudieron utilizarlos.
"Carol salió del coche. La miré y no le iban las piernas. Él se quedó mirándola y, como pensó que yo ya estaba casi muerta, porque me estaba desangrando, empezó a correr detrás de Carol", relató. A duras penas, Susana caminó hacia una calle próxima donde ponerse a salvo. "Tenía el bazo fuera y los intestinos al aire, tapándome con la mano".
"Fui a pedir ayuda, tocaba los timbres, nadie me abría", continúa narrando aquellos momentos de terror, en los que no sabía cómo estaba Carol. Por fortuna, un hombre la encontró y le taponó la herida hasta la llegada de la ambulancia.
"Lo único que pensaba era que me moría y que quería vivir, y en Carol, en cómo estaría", recuerda la joven. De hecho, cuando la atendieron lo primero que dijo es que fueran a la plaza, "que está Carol allí y que la están matando".
La joven estuvo consciente en todo momento, incluso recuerda que escuchó cómo alguien decía: "Para allá no vayáis, que la otra se ha muerto".
"Tenía la mosca detrás de la oreja, pero cuando desperté en la UCI todos me dijeron que Carol estaba bien", confiesa Susana.
Debido a su delicado estado los médicos optaron por aplazar la mala noticia hasta que mejorara. "La hermana de Carol vino a verme y le dije que le diera muchos besos de mi parte", explica, con la voz entrecortada, sin atreverse a hablar del día en que le comunicaron la triste noticia. "Siempre estaba riendo. Discutíamos y al momento venía, y me decía: "Yo te quiero, titi". Éramos como hermanas".
Pánico desde ese día
"Me ha quitado la vida, ya no volveré a ser la de antes", afirma Susana quien desde ese día vive con miedo y es incapaz de salir a la calle sin nadie que le acompañe. "Sólo me sentiría segura saliendo a la calle con una pistola", asegura, tras reconocer que de no ser por la medicación, no podría dormir. "Me despierto por las noches gritando: "Que viene". En una semana sólo he dormido dos horas", reconoce. De hecho, la joven todavía no tiene fuerzas ni para quedar con sus amigos. "Habían organizado una paella para este fin de semana, pero sólo de pensar que Carol no iba a estar, no he ido".
"Carol y Justicia". Ésos son los dos pensamientos que centran ahora la mente de Susana. "Voy a luchar para que cumpla la pena entera, porque ése sale con un permiso y viene a por mí", confesó. "Si es que no lo conocíamos de nada, sólo habíamos hablado dos palabras con él...", se lamenta una y otra vez la joven. "No hemos hecho nada. Simplemente que en su cultura dos mujeres no pueden echarlo de un local", concluye, intentando encontrar explicación a un crimen sin razón alguna.

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